Dña. Digna Escarramán,
Del equipo coordinador de la FCMA, Zona Caribe
Nosotros, la Familia Carmelita Madre Asunción en la República Dominicana, al final de este año que ha sido tan maravilloso celebrando nuestro Centenario Congregacional, queremos compartir nuestras vivencias, que nos han hecho experimentar que el carisma que nos dejó Madre Asunción aún sigue vivo y fortalecido con nuestros deseos de continuar siendo en la Iglesia el corazón de Dios, agradecidas/os y alegres por tantos beneficios recibidos del Espíritu en todo este año civil que termina y nuestras vivencias durante el año Jubilar.
En el país tenemos cinco grupos de laicado en tres provincias, donde cada grupo tiene una realidad diferente y un camino recorrido diferente, pero todos integrados en las respectivas parroquias a las cuales pertenecemos, asumiendo el compromiso y aportando nuestro servicio, tal como Madre Asunción nos ha enseñado. También colaboramos en las áreas de misión como la catequesis y la evangelización.
Somos una pequeñita porción del pueblo de Dios, una gran familia donde todos nos necesitamos, caminamos y trabajamos juntos en la misión de la Iglesia. Cada uno coordina y desempeña un rol.
Tomamos decisiones, nos cuidamos, nos apoyamos en las programaciones y compartimos experiencias de misión y de vida con alegría, sintiéndonos muy unidos a través de la oración y la fraternidad, así como nos solidarizamos un grupo con otro cuando se necesita. Somos la gran familia Madre Asunción, en la que cada uno pone su granito de arena y juntos vamos creciendo en fe, solidaridad, identidad y pertenencia.
De las manos de las hermanas adquirimos conocimientos y vivencias para nuestro crecimiento espiritual, humano, familiar y compromiso social.
La vivencia en el Centenario de la Congregación ha sido para nosotros un tiempo de reflexionar, caminar juntos y hacer un análisis interior que nos ha llevado a un compromiso mayor como laicos Carmelitas Madre Asunción que vivimos en este mundo para hacer presente el Reino de Dios en nosotros, transformando el entorno donde Dios nos ha puesto y todos con un mismo sentir, desde la misión compartida, siempre al servicio de nuestra Iglesia y los más pobres, al estilo de Jesús y Madre Asunción. La misión y la vida sencilla y entregada de las hermanas nos ha llevado a recordar lo esencial del mensaje de Cristo: el Amor.
Nuestro compromiso está enfocado en formarnos y seguir creciendo juntos, donde nuestra vida se fundamenta en la intimidad con el Señor, desarrollando la dimensión contemplativa en un diálogo abierto con Dios día y noche, desde el silencio, la oración, la vida fraterna y el servicio a los más necesitados. Esto nos lleva a discernir y comprender cómo Dios nos habla y entregarnos como laicos a preparar el camino con amor, alegría y entusiasmo y así motivar a otros a anunciar el Evangelio y seguir el camino de Cristo. Y así poder decir al unísono que el carisma de las Hnas. Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús nos ha enamorado y enganchado, imposible soltarnos de este bloque compacto que nos une.
Pedimos al Dios del Amor que nos continúe uniendo y haciendo crecer en silencio interior y en misión compartida.
Comentarios recientes