MARÍA TERESA DELGADO, HCSCJ
¡Preparemos nuestro corazón con alegría y esperanza porque Dios cumple lo que promete! El nacimiento de Jesús nos los confirma. “La palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1,14)
En la liturgia de este tiempo hemos ido encontrando el gran tesoro, lo hemos descubierto poco a poco, en actitud de búsqueda perseverante, en humildad, gratitud, armonía, vigilancia, aceptación, confianza, amor, justicia, paciencia, conversión, anuncio, simplicidad, cumplimiento de la promesa de Dios en María, hasta el nacimiento del Dios encarnado, ¡Jesús!, donde el texto exclama con alegría “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace». (Lucas 2, 14)
Nosotras, como creyentes somos privilegiadas, por el don de la fe, conocedoras de esta gran noticia, por ello tenemos una hermosa tarea que es darlo a los demás. “No se enciende una luz para ponerla bajo el celemín, sino sobre el candelero para que alumbre a todos los de la casa” (Mateo 5, 15), esta casa común de la que tanto nos habla el papa Francisco.
Es nuestra misión, en esta realidad mundial que vivimos, en la que el hombre tiene hambre y sed de lo infinito, de lo trascendente, (aunque no sea consciente de ello) y no la encuentra, ahí donde estamos tenemos que ser luz y esperanza para todos.
Si cada creyente vivimos esta experiencia de corazón, si esa luz y amor son de Dios, se extenderá a toda la humanidad. Y Dios será conocido y amado, será glorificado y el hombre será feliz. Es la utopía del Reino en la que nunca debemos retroceder.
Acompañadas por los personajes que nos ha ido presentado la Palabra: María, José, Juan Bautista, Isaías, vivamos sin miedo, con mucha confianza y abandono en el Dios que por AMOR a la HUMANIDAD se hizo igual a nosotros. “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Jn. 1,14).
Confiando que en el camino no vamos solas, Él siempre está con nosotras, que junto a María continuaremos el recorrido, deseando para todas una feliz Navidad y año 2023, cuando iniciaremos la celebración del centenario de nuestra fundación.
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