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Para vivir felices, la norma es la unidad.

Magdalena Sánchez y comunidad, HCSCJ

Con este lema, la comunidad de San Martín de la Vega, invitamos a nuestras hermanas, al pueblo, Voluntarios de Pastoral Penitenciaria y otros amigos, a la celebración de nuestro Centenario de Fundación de la Congregación de Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús.

En la preparación, cada una de nosotras nos dispusimos a servir de acuerdo a nuestras capacidades y dones, con creatividad, de esta manera crecimos a nivel personal y comunitario. Nos sentíamos felices.

En nuestro discernimiento vimos oportuno invitar a un grupo de amigos y miembros de la FCMA, para la preparación y celebración del evento. Su ayuda tanto en la Liturgia como en el ágape, fue inmejorable. Formamos una familia, afirmamos que de alguna manera nuestro carisma sigue vivo hoy.

La celebración tuvo lugar el 18 de junio, presidida por el Señor Obispo D. Ginés Ramón García Beltrán. Concelebraron, el párroco D. Jesús Úbeda, D. Jesús Iglesias, Don Antonio Romero y D. Pablo Morata, Delegado de Pastoral Penitenciaria, en esta Diócesis de Getafe y Capellán del Centro Penitenciario Madrid III (Valdemoro) donde nosotras prestamos nuestro servicio de evangelización. Todos se volcaron, dando lo mejor de sí mismos en este evento de acción de gracias. “Yahvé ha estado grande con nosotros y estamos alegres” (Sal 125) Palpábamos la presencia del Espíritu, por medio de Madre Asunción, en sus enseñanzas y carisma vivo, como lo testifica la homilía del señor Obispo y algunos testimonios que a continuación describimos.

  1. Homilía del señor Obispo.

Queridos hermanos Sacerdotes, queridas Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús (HCSCJ) de esta comunidad de San Martin de la Vega y las que habéis venido de otras comunidades de la Congregación, a celebrar esta tarde el comienzo del Año Jubilar de vuestro Centenario. Hermandades, Cofradías, hermanas y hermanos en el Señor.

Es una alegría para mí, de corazón, poder celebrar este comienzo del Año Jubilar del Centenario de este Carisma, que nació en la Iglesia y que continúa sirviendo a la Iglesia. Al venir a esta Diócesis de Getafe, me reencontré con las HCSCJ a las que tristemente había perdido y aquí las volví nuevamente a encontrar y fue un motivo de gran alegría, como realmente ha sido un motivo de renovación preciosa volver a leer, a releer en muchos casos, datos, hechos, palabras, que ya había escuchado anteriormente, porque en mi estancia en Guadix las HCSCJ que estaban profundamente arraigadas en aquella Diócesis, ya me lo habían hecho saber.

La hermana Magdalena al comienzo de la misa, nos ha hecho una exposición, un recorrido de la historia del Carisma.

Pero nosotros celebramos hoy, queridos hermanos, 100 Años del comienzo de una nueva vida, de un nuevo Carisma. Siempre, en el origen de todo Carisma externamente siempre hay una persona, en este caso Madre Asunción Soler Gimeno. Que ya nos han dicho alguna reflexión o algunos datos de su propia biografía, una mujer que pasa por la vida haciendo el bien, una mujer abierta a las inspiraciones del Espíritu Santo, que se deja hacer por el Señor, en Madre Asunción estaba el Espíritu Santo, que crea y recrea y en cada momento de la historia suscita aquellos carismas que sirven para la edificación de la Iglesia y para la salvación del mundo.

Impresiona como los evangelistas, cuando hablan de la vocación de los primeros apóstoles, dan sus nombres, no es una casualidad, ni es un deseo de ser exhaustivo. Es que a cada uno de nosotros, Dios nos llama por nuestro nombre, y cuando decimos por nuestro nombre, decimos con nuestras circunstancias, con nuestra propia historia, con nuestra personalidad, con los dones, carisma, cualidades que hemos recibido del Señor. Es decir, para el Señor no somos algo, sino que para el Señor somos alguien. Y bien que el Señor cuidó de Madre Asunción Soler para que comenzara una nueva vida, en una expresión muy de ella, lo define “el querer de Dios, la voluntad de Dios”. La voluntad de Dios es lo que funda una vida y la que la sostiene, la voluntad de Dios es lo que nos invita a mirarnos en profundidad, y lo que nos hace vivir en la alegría, en la paz, en el amor, en los dones del Espíritu Santo. Uno no es feliz porque hace lo que quiere, sino que es feliz porque hace lo que Dios quiere. La felicidad del hombre está en la voluntad de Dios. Por eso para Madre Asunción lo más importante es el querer de Dios, lo que Dios quiere en su vida, aceptando incluso los reveses de la vida, como un camino necesario para cumplir la voluntad de Dios. Para que esto sirva para su Gloria, no viendo las circunstancias negativas de la vida, los guantazos que la vida nos puede dar, sino como un camino a recorrer de la voluntad de Dios.

He querido recoger unas palabras de la misma Madre Asunción en este sentido, “Señor lo que tú quieras, donde me lleves allí estaré contenta con tal de poder amar, dame lo que quieras, pero que te amé para siempre” unas palabras que pueden fundar una vida y llenarla de sentido. Vivir fundado. Fundamentado en la voluntad de Dios, en lo que Dios quiere de nosotros. Y como digo dejarse rodear de lo que el Señor pone en mi camino. La verdad que estos días pasados, leyendo cosas sobre Madre Asunción Soler, intervienen en su vida personas que son una confrontación, preciosa de santidad, alguna de esas personas las ha nombrado antes la hermana Magdalena, yo me voy a tomar la licencia de nombrar algunos más además de los que ella ha nombrado. ¿Quién está al comienzo de este nuevo carisma, de este nuevo instituto religioso? Nada más y nada menos que San Manuel González, que cuando Madre Asunción, se ve desalojada, cuando Madre Asunción se ve sola, sin camino, el que le abre un camino es un santo de la categoría de San Manuel González, el Obispo, el Santo Obispo de los Sagrarios abandonados. Entonces Obispo de Málaga, que le dice, Madre vayamos por allí, sigamos esta obra que es donde Dios te llama.

Hay otro personaje, impresionante también en su vida, el SdD el Cardenal Herrera Oria, que es el que va acompañar toda la historia de la Congregación hasta los años 60 y tantos, hasta su muerte y que bien conoce la persona y el Carisma de la Madre Asunción. Pero yo voy a poner un tercer nombre con el permiso de las hermanas, para mi especialmente querido que es D. Rafael Álvarez Lara, mi predecesor en la Diócesis de Guadix, que quizá ninguno de ellos conocía el alma de Madre Asunción como él. Pero es que D. Rafael con ese acento andaluz y al mismo tiempo combinado con lo místico era un corazón grande para admitir carismas, que iban surgiendo en aquel momento, en aquella preguerra, guerra y posguerra, iba acogiendo a todo el mundo en aquella Diócesis pequeñita, y a todo el mundo lo acogía. Muchas veces cuando alguien se escandaliza porque surgen nuevos carismas en la Iglesia, pues claro han surgido a lo largo de toda la historia, esto no es ninguna novedad y D. Rafael es verdad que tenía un alma especial para acoger, para cuidar, estos nuevos carismas.

Leer la memoria espiritual de Madre Asunción escrita por mi predecesor, D. Rafael es una preciosidad.

El Cardenal Cicognani que abre camino para que la Congregación sea de Derecho Pontificio, apreciaba mucho a Madre Asunción y a su Congregación.

Quisiera fijarme en algo que me ha parecido especialmente importante para conocer el Carisma de las HCSCJ, de manos de su propia Fundadora. La Madre Asunción pocos meses antes de morir, en una visita que hace a Portugal donde va a despedir a las hermanas que van a Mozambique, tiene unas palabras a las hermanas que se quedaban y a las que se iban que para las hermanas y para la Congregación es un verdadero Testamento Espiritual, que ni siquiera las tenía escritas, que fueron espontáneas y que ellas hicieron bien en grabarlas y después transcribirlas, creo que este Testamento Espiritual es una joya que yo quisiera ahora ilustrar a la luz de la Palabra del Señor que acabamos de escuchar.

En primer lugar, recordando las palabras del A.T. en la que aparece la llamada de Dios al Pueblo de Israel de tener una memoria agradecida, la memoria es lugar de salvación, el Papa Francisco en su primera Encíclica sobre la Fe, que dice él que es una Encíclica escrita a cuatro manos porque la tenía ya medio preparada el Papa Benedicto XVI y él la terminó. Dice que el cristianismo es una fe memoriosa, una fe que hace memoria y una memoria agradecida.

Por eso nosotros lo que estamos haciendo aquí esta tarde, celebrando los 100 años del nacimiento de esta Congregación, es una memoria agradecida y por eso digo, las palabras de Madre Asunción quisiera leerlas también a la luz del mensaje de la Palabra del Señor de este domingo.

Hay una primera reflexión que le dice a sus hijas sean de Dios, totalmente de Dios, que sean muy de Dios. Porque después de escuchar la lectura segunda que hemos proclamado hoy de la carta a los Romanos. El saber que yo soy de Dios, que en Dios está mi origen y en Dios está mi destino, me hace vivir de un modo determinado en el mundo, queridos hermanos. No da lo mismo creer que no creer. Cuando uno lee a San Pablo y escucha aquello de que por un hombre de bien puede ser que alguien quiera morir, pero cuando nosotros éramos pecadores Cristo entregó su vida por nosotros, es decir que nosotros somos de Dios por creación y por redención, por eso es importante que nos hagamos conscientes y que acojamos en nuestra vida que somos de Dios, totalmente de Dios. Y esto las HCSCJ, pero también todos nosotros tenemos que vivirlo en las presencias de Dios que hay en nuestro mundo, en nuestra vida.

La Madre Asunción tiene también unas palabras en ese Testamento Espiritual que muy bien podría haber dicho San Manuel González “el Sagrario debe ser vuestro corazón”.

La presencia de Dios debe ser vuestro corazón. En definitiva, ¿qué es lo que busca todo cristiano? ¿Y qué es lo que tiene que buscar una HCSCJ? “La Gloria de Dios”.

La Gloria de Dios, eso es lo que realmente tienen que buscar. Y la Gloria de Dios buscando la unidad, la unidad que es un deseo del Señor que lo expresa en el discurso de despedida “que todos sean uno” vosotras habéis querido poner como lema una palabra de Madre Asunción. “para vivir felices la norma es la unidad”. Pero yo quisiera sacar otra cosa que me ha impresionado también de ese Testamento Espiritual. Cuando ella va a enviar a las cuatro monjas a Mozambique dice una expresión que refleja esto de modo muy bello, “si son cuatro, una sola” ¡qué bonito es esto!… cuando muchas veces también la misión, la polarización que no solo está en el mundo, en la política, sino muchas veces también entre nosotros los cristianos “yo de apolo, yo de Pablo” … si somos muchos, somos uno, pero para realmente ser uno y vivir uno, tenemos que vivir en Cristo, solo en Dios. El Dios que se ha manifestado en la Eucaristía. Otra consigna preciosa de Madre Asunción a sus hijas es la humildad. La humildad, aunque vaya contra nosotros, la humildad, aunque nos deje tirados, aunque nos deje marginados, la humildad.

Y por último el testimonio, el testimonio de la vida, el testimonio de vuestra vida entregada. Dice el Evangelio que Jesús al ver a la multitud que andaban descarriado que andaban desinflados, como ovejas que no tienen pastor, sintió compasión, esto es una palabra que aparece muchas veces en el Evangelio, sintió compasión, es decir, padecer con el otro, padecer al lado del otro.

Yo creo que viendo la historia de esta Congregación religiosa y viendo la historia de Madre Asunción, se define muy bien lo que es la misión. Me ha impresionado al volver sobre la biografía de esta mujer grande, la capacidad de crecimiento del carisma en pocos años: seminarios, cárceles, casas de chicos abandonados que sus padres estaban en la cárcel, residencia de mayores, colegios, hospitales. Una irradiación realmente impresionante. Ella lo define con unas poquitas palabras, con tres palabras “estamos para eso”. ¡Qué bonito!, ¡qué bonito!, es cuando uno se deja hacer por el Señor y no hacer demasiados cálculos y no hacer demasiados proyectos y no hacer demasiados planes.

Yo quisiera traer aquí, ya casi para terminar, unas palabras que a mí me han impresionado de su Testamento Espiritual. En las que muestra Madre Asunción su disponibilidad verdaderamente heroica, como ya he dicho varias veces, cuatro hermanas van a ir a África y fijaros lo que ella dice, “África, no sé lo que habrá allí, parece ser que necesitan almas muy de Dios, almas sabias al menos humanamente, van nuestras hermanas y llevan por delante la sabiduría de Dios”. Esto es impresionante, yo a lo mejor hubiera hecho muchos cálculos, si tuviera que hacer algo nuevo, fundar algo nuevo y ella sabe que van a África, pero le han dicho que allí hay muchas almas que están esperando, también humanamente, pero ella tiene una cosa clara “las hermanas llevan la sabiduría de Dios” y eso es lo que va a cambiar, lo que va a transformar. Esto solo sale de un corazón grande, muy unido al Señor. De un corazón que busca la Gloria de Dios haciendo su voluntad y como nos decían también al comienzo de la Eucaristía, vivir la fe, vivir de la fe.

Por eso queridos hermanos, el amor en definitiva es lo más importante, porque un carisma es amor, el amor da fruto y a lo largo de estos 100 años el carisma de Madre Asunción ha dado muchos frutos y los tiene que seguir dando, y es verdad que el carisma no es algo muerto, que conservamos y veneramos, sino que el carisma es una vida que actualizamos, que hacemos actual en cada momento, por eso quisiera terminar con una oración que son las mismas palabras del Señor en el Evangelio: pedir al dueño de la mies, que envié obreros a su mies. Yo esta tarde quiero pedir al Señor que envíe obreros a su mies, a la Congregación de las HCSCJ para que puedan seguir hoy en los distintos lugares donde ellas están en el mundo, puedan seguir el carisma de Madre Asunción. Ella tan devota, tan cercana estuvo a la Virgen Santísima, ella, la Virgen nos ayude a nosotros también a seguir este carisma y a seguir nuestra vida.

Hermanos demos gracias a Dios por los 100 años de las HCSC.

  1. Testimonios.

    1. Muchos son los sentimientos que me surgen al recordar la celebración del Centenario de la fundación de la Congregación de las Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús. Antes de la fiesta sentía expectación. Se trataba de un acontecimiento singular tanto para la Iglesia como para la sociedad. La labor cristiana que emprendió Madre Asunción Soler Gimeno sintetiza el núcleo de la propuesta de Jesús y de la manera perfecta de responder a las necesidades que sigue teniendo la sociedad, “estando entre vosotros como el que sirve”. La celebración de los 100 años por parte de sus hijas en San Martín de la Vega me suscitaba curiosidad. ¿Cómo respondería la Iglesia san martinera?

La sorpresa fue mayúscula. Presidía la celebración eucarística, junto al obispo titular de la diócesis, la foto de la fundadora con una frase suya que invitaba a la comunión. De nuevo se hacía visible una de las grandes necesidades del momento: fortalecer la unión en la Iglesia y en la sociedad en estos tiempos de polarización y de confrontación. Unión que tiene que respetar las diferencias y fortalecer el único objetivo cristiano de crear “vida en abundancia”.

La emoción me embargó durante toda la celebración. Había un sentir generalizado de que también seguía siendo actual y real el artículo II de los Textos Complementarios de la Congregación: “la vida de comunión profunda con la Iglesia nos impulsa, como a nuestra fundadora, a una entrega incondicional y permanente al servicio de su misión; dedicándonos preferentemente a los más pobres, con cuya situación mantenemos una misión activa, anunciando así la gratuidad del evangelio”. Fue para mí, por tanto, una celebración llena de entusiasmo, y un gran reto para mi vida personal, familiar, eclesial y social. (A.R.)

    1. Lo que sentí en esta celebración, debido a los momentos que estoy pasando en mi historia personal fue -inquietud-fortaleza- miedo- humildad- sosiego- gratitud. El día comenzó temprano, ansiaba comenzar los preparativos, pensaba en lo que faltaba por hacer, pero sobre todo con inquietud, pensando en lo que depararía este día, no era un domingo como otro, me había dejado impregnar durante la semana de la grandeza de Madre Asunción, de los pequeños detalles que las hermanas me fueron haciendo llegar y conociendo su historia (Madre Asunción) se comprende mejor, por qué entre las hermanas me siento a gusto, confortada, en mi casa.

En la mañana y con la Iglesia ya preparada a la espera de su imagen, tuve unos minutos a solas y pidiendo unas palabras surgieron “Siempre de su mano, Madre Asunción está contigo” ¡qué paz y descanso en mi corazón, fatigado de dudas!, respiro, siento calma en mi alma. “Ella estará conmigo, nada temo”.

Llegó la celebración y ella con su mirada penetrante, lo observaba todo en su justa medida, cambió mi fragilidad en una fortaleza inexplicable, de su mano todo fue posible, hasta los pequeños escalones se volvieron rampas para no tropezar. ¡Grande eres Madre Asunción, entre las grandes mujeres, de fuerza y plomo! Y yo a sus pies como una más de las hermanas haciendo la voluntad de Dios.

El miedo pasó por mí como una ráfaga sombría, mi boca reseca sin aliento, no era capaz de pronunciar palabra y allí estaba yo delante de la asamblea y me preguntaba ¿qué hacer para que de mi voz salga un canto de alabanza? Y mirando a las hermanas, percibí como mis manos temblaban, mis ojos apenas apreciaban los renglones del Salmo, me miraban con tanta ternura como esperando el susurro que mi voz temblorosa no terminaba de afinar y sus ojos estaban allí, me observaban. “el Salmo” y mi voz se volvió melodiosa para ellas y sin recordar por donde iba, dulzura y amor, transformó el Salmo en Palabra de Dios hacia las hermanas.

Sabed que el Señor es Dios, servid al Señor con alegría, Él nos hizo y somos suyos”.

No recordaba al volver al sitio si lo había cantado, creo que la Madre Asunción me condujo hacia ella y yo me dejé llevar tranquila, humilde como oveja de su rebaño.

Todo transcurrió con ritmo tranquilo, como si nos deslizásemos hacia su presencia, ella quería que esta presencia no dejara a nadie indiferente y creo que lo consiguió, por lo menos conmigo.

Cuando el pueblo comenzó a cantar y el templo retumbaba como una sola voz, fuerte, potente, con el espíritu del que canta con gratitud a ella y su obra, legado vivo, yo vibraba de gozo, alegría, quería gritar alto y claro “Mujer de fe y oración” sencillamente. Fraterna y solidaria sencilla y cercana” pisando en tierra, para todos, sin exclusión de nadie”. “Profeta del Reino de Dios”. Con sabiduría y humildad al darse, que no quedase ni un rincón sin enterarse y yo siguiéndolas donde ellas me lleven sin dudarlo.

Al entrar en la celebración, por tanto, la Madre Asunción entre mis brazos, pensé “Madre esto es para ti, de tus hermanas” la coloqué como quien coloca la mejor joya, su piedra más preciosa. Presidiendo la celebración.

En el ágape, observé a las hermanas, estaban con una sonrisa y felicidad contagiosa, vi desde la lejanía de la sala como estaban disfrutando, como compartían con todos charla y alimento en amor fraterno. Pensé en cada una de las palabras de aliento que ellas siempre me dan, en sus abrazos, en su saber estar, en su apertura al mundo y di las gracias por ponérmelas en mi camino, por confiar en mi cuando nadie lo hizo y por recibirme en su casa siempre con las puertas abiertas. UN DIA MARAVILLOSO Y MUY ESPECIAL. (M.T)

    1. Me gustó mucho cada una de las intervenciones. Creo que fue un momento especial, donde se percibía el sabor a evangelio de la Iglesia encarnada. Sentí como un soplo de aire fresco impregnado de esperanza. Mucha gente conocida, también de otros ámbitos que nos muestra esa pluralidad y transversalidad que hay en la Iglesia. Contenta… Hoy he estado comentado con Florencio mis impresiones. (Delegado Nacional de Pastoral Penitenciaria) (M. F).

    2. Para mi toda la celebración fue maravillosa, no sé cómo explicarme, en la celebración me dio una alegría y paz interior muy grande, particularmente ese día para mí fue muy especial, me sentí muy feliz. (G.N)

    3. Fue una celebración preciosa y muy catequética; la introducción fue el marco de preparación a una sin igual y profunda catequesis de Madre Asunción, sorprendente el conocimiento de D. Ginés de ella, por su anterior Diócesis y por la mucha bibliografía que tú le habías proporcionado; pero su homilía fue muy cálida y cercana tanto a ella y el carisma, como a vosotras como continuadoras de la misión. Fue digno de destacar el profundo silencio y respeto del público asistente; no se escuchaba absolutamente nada durante la celebración eucarística. Me sentí muy a gusto en un ambiente “familiar” que explotó en la posterior merienda. (A. V).

    4. Pues estoy agradecido de haber estado porque me gustó mucho ver la compañía de tanta gente del pueblo, ya que es signo de que sois muy queridas, porque han recibido mucho de vosotras; de ver la presencia del obispo y sacerdotes que os conocen, signos a su vez de que camináis en medio del pueblo de Dios guiados por su pastor. Ver tanto cuidado por parte vuestra y por parte de los que os ayudaron, que es también signo de que la fiesta del otro día no era algo formal. Y por último, me encantó celebrar con vosotras por el afecto que ha nacido este año y por veros alegres agradecidas por vuestra historia. (J.I)

    5. En realidad, ha sido una experiencia muy fraterna y participativa. Damos gracias a Dios y sin duda M Asunción nos está hablando de muchas formas. Un abrazo para todas (E.F)
    6. Resumiendo lo que me aportó la celebración de los 100 años de la Fundación de la Congregación, fundamentalmente ha sido conocer algo, el carisma y legado espiritual de Madre Asunción. Destaca el estilo de vida pobre, humilde y sencilla, solidarizándose siempre con los más pobres y necesitados.

    7. Hoy comprobamos que la Familia Carmelita mantiene los mismos valores, siendo ejemplo, con la oración continua y entrega abnegada, de servir… «Donde Dios quiera y como Él quiera”, para seguir siendo en la actualidad un referente de vida. Gracias (C.A)
    8. Para responder a tu pregunta, te cuento: primero, saber de la existencia de vuestra fundadora Madre Asunción, (Ana María) de su mensaje, y su valor. En un contexto de guerra, ocuparse de presos y desaparecidos, debió de ser muy arriesgado y novedoso. Segundo: ¿Para mí, ¡qué significó esta celebración? Satisfacción y alegría al sentir en comunión todo un grupo de personas, conocidas y desconocidas, que celebraban este acontecimiento, y agradecimiento a las hermanas de esta congregación que tanto ayudan y colaboran con la casa de acogida de E P y V y en la prisión. (PP)

    9. Mi experiencia he sido en un lugar religioso y más con vosotras estupendamente, porque a mí me gusta mucho vuestra casa, estar con vosotras y con la Madre Asunción que yo le rezo mucho, más todavía, encima salió todo muy bien y estuve muy a gusto. El día anterior estuve un poco nerviosa, me decía a mí misma “no voy hacer nada más que llevar las flores y estoy nerviosa, por la cantidad de gente que me mirarían”. Chica, ese día me sentí muy bien, estuve muy a gusto, con mi hija y marido que me acompañaron. Yo quiero paz últimamente, por eso mi experiencia fue angelical, me emocionó y todo, ¡os quiero mucho!, quiero disfrutar de este presente y disfruto con vosotras. La experiencia de la Madre Asunción y ver a Rosa Calvo, fue muy emocionante. (I.E)

    10. La verdad que la experiencia a vuestro lado fue muy gratificante. Nació mi atracción hacia vuestra misión, en ese encuentro que tuvimos en Getafe de la Pastoral del Mayor y ustedes nos comunicaron la Pastoral del Mayor en prisión, y yo desconocía y descubrí la pastoral penitenciaria, reconozco mi ignorancia y doy gracias a Dios por haberos conocido. La verdad que veros en la Parroquia de San Martín, unas cuantas juntas, cantando con esos gestos de alegría que se os veía en los rostros, de las vivencias que tenéis muy gratificantes, muy esperanzador y ver a la Iglesia que trabaja con las ovejas ¡más que perdidas! Más allá de los extrarradios y con esa entrega y con esa pasión, es una evidencia de estar Dios entre nosotros, escuchando tus comentarios acerca de vuestra Fundadora los comentarios de D. Ginés, se ve la raíz profunda de ese espíritu que vive en vosotras. Estoy encantadísimo de haberos conocido y os doy gracias por haberme invitado a ese encuentro tan hermoso. Muchísima gracias. (A.M.) Muchas gracias,

    11. Buenísima la celebración…. la grabación y más haber participado activamente en ella, os felicito de nuevo y creo hay grandes retos para este acontecimiento responder creativamente a las mociones del Espíritu…. adelante…. unida. Como disfruté al encontrarme con tanta gente que nos quiere…. Abrazos para las tres y nuestra gente…(R.C)

    12. Me gustó participar en un evento tan emotivo como vuestro centenario. Es un placer formar parte de la Iglesia y poder conocer a personas que han luchado por un proyecto tan importante como es vuestra misión con los encarcelados. Gracias por la invitación, desde el coro intentamos acompañar con nuestro cariño a través de los cantos. Un abrazo (P.C)
    13. Para mí la celebración ha sido renovadora, volver a mis inicios, reconocer cómo Cristo se afianzó en mi vida a través de tu abrazo, tú entrega, la generosidad con que fui acogida, una novedad para mí, el carisma de Madre Asunción, se me hacía muy evidente. Me conmovió escuchar a D. Ginés hablar de la generosidad y entrega de Madre Asunción, yo lo había vivido así. Un abrazo. (M.M)

    14. ¡¡¡Muchas gracias!!! La celebración ha sido muy emotiva en todo, desde el inicio, la preparación, el ambiente de oración, de tranquilidad, la monición, la homilía del Obispo tan sencilla y clara y cercana. “Me ha gustado mucho y he desfrutado mucho». sólo quiero dar gracias a Dios por la iniciativa, y decir que vale la pena seguir apasionados por Jesús y con su proyecto salvador. Y gracias a todas las hermanas que fueron a Mozambique por su dedicación y abandono en las manos de Dios. Y gracias a vosotras por vuestra presencia ahí (San Martín de la Vega) que Dios os sigua protegiendo. Y quiero decirle que me ha gustado mucho como hizo la monición y todo. ¡Cuando habla me ha encantado, con mucha tranquilidad y con una sonrisa! graciosísima! La gente le gusta así. (Est…)

    15. Yo estoy muy agradecida que en actos como estos os acordéis de mí, me dio mucha alegría poder acompañaros. Una celebración muy bonita, muy fraterna, acogedora, el ágape estupendo, compartiendo con gente del voluntariado de prisiones. Todo muy bien. Muchas gracias (C…)

Conclusión.

Gracias Señor porque por medio de nuestra querida Madre Asunción nos haces sentir que nuestro carisma sigue vivo en la Iglesia, en el mundo, sentimos tu presencia porque hacemos vida lo que tú constantemente nos susurras al oído “En ninguna parte estamos solas, si estamos solas es porque voluntariamente nos queremos ausentar, pero Dios está conmigo y yo con El”. Viviendo los deseos y suplicas de nuestro Maestro “Padre que todos sean uno como Tú y Yo somos uno” (Jn 17, 21). “Nuestra norma es la unidad, si somos cuatro una sola”; “Todo a mayor gloria de Dios” (Madre Asunción)

Una propuesta poética: Cien años de gloria de Dios

M Belinchón

San Martin de la Vega, Madrid, 2023

Las Hermanas Carmelitas

del Sagrado Corazón de Jesús

celebran su Centenario

con cariño y mucho amor

a su Santa Fundadora

Madre Asunción

En las puertas del cielo

no se habría estado mejor

que en esta celebración.

Nos han descrito su vida

que es digna de admiración.

En el cielo algunas Santas

no lo habrían hecho mejor

hablando del perdón.

Nos han dado una fiesta

que es digna de recordar,

todos en buena armonía,

con cariño y unidad.

Aún no la han hecho Santa

pero no deben tardar.

Las Hermanas Carmelitas

luchando por ello están.

vino el Señor Obispo

Don Ginés a esta Solemnidad.

Nos dio una homilía

Que es imposible olvidar.

La hermana Magdalena todo lo organizó

para que todo saliera

dando Gloria a Dios.

Todos con mucha ilusión

Seguiremos el lema que la Madre nos dejó:

Buscar la Gloria de Dios.

Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús

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