
“Los laicos son la primera línea de vida de la Iglesia”, nos recuerda el Papa Francisco. “Los fieles laicos no son «huéspedes» en la Iglesia, están en su casa, por lo que están llamados a cuidar de su propia casa” es la frase con la que el Papa nos invitaba a reflexionar en el Sínodo con laicos de las Conferencias Episcopales del Dicasterio para Laicos, Familia y Vida. En nuestra Familia Carmelita Madre Asunción somos muchos los laicos que identificamos esa casa y la cuidamos. Hoy hemos querido conversar con dos laicos que conocieron nuestra Congregación como alumnos y que hoy, desde la vida adulta, siguen vinculados a la FCMA. Se trata de Amparo Mestre y Ricardo, quienes nos relatan, en unas breves líneas qué es para ellos ser laicos carmelitas.
Prof. Amparo Mestre
El carisma Carmelita se basa en la búsqueda de la unión con Dios a través de la oración, la humildad, la sencillez y la contemplación. Como alumna del colegio viví todo aquello con un ambiente de paz y fraternidad en el que el valor de la vida espiritual y religiosa estaban presentes en mi formación académica.
Ahora siendo maestra en mi colegio, en mi casa, vivo una experiencia única y emocionante llena de simbolismo para mí. Aquí, no solo enseño materias, sino que los valores carmelitas se cuelan entre los libros para dar a mis alumnos y alumnas todo lo que yo recibí. Ese ejercicio de caridad que tanto me transmitieron.
Cómo maestra carmelita es un privilegio, porque con ello tengo la oportunidad de brindar una educación integral que acentúa los valores de la oración, la paz, el amor a Dios y al prójimo. Esto me ayuda a formar niños y niñas comprometidos con la realidad que les toca vivir en razón a su condición espiritual de amor a Dios y a los que nos rodean.
Ser testigos de sus logros y ver cómo se convierten en seres humanos responsables y comprometidos con la sociedad no tiene precio. Siento una gran responsabilidad al tratar de hacer que mi enseñanza sea significativa y relevante para su vida diaria y que Dios esté presente en ella. Devolver todo lo que se me regaló es en su día y que hoy sigue creciendo día a día.
Ser parte de una familia carmelita, de una comunidad educativa que valora el respeto, la justicia y la solidaridad me llena de orgullo. Tengo un fuerte sentido de pertenencia a mi colegio y una conexión profunda con la familia carmelita que me hace sentir como en casa.
Soy quien soy por este colegio, esta familia carmelita y por Madre Asunción.
Mis padres ya estudiaban en este colegio, mis abuelos y tíos acudían a la celebración de la palabra cada domingo, mis hijos se educan en este centro bajo unos valores que han hecho de la Familia Mestre lo que somos hoy. Gracias.

Prof. Ricardo
Por su parte, el profesor Ricardo, del colegio Madre Asunción de Málaga, es otro laico entregado y comparte su testimonio con todos nosotros:
Entré en la familia Carmelita con cinco años y desde entonces nunca he dejado de sentirme miembro activo de ella. Hasta los 16 años fui alumno, formándome sobre todo en los valores cristianos y del Carmelo.
Al acabar mi etapa educativa continué colaborando como miembro del laicado, incorporándome como catequista de Jucar y como integrante de la ONG Karit.
Años más tarde, al acabar la carrera, me llega la oportunidad de ser profesor del colegio incorporándome así más activamente a la familia del Colegio Madre Asunción. Esto supuso un cambio enorme para mí, pues me daba la oportunidad de seguir participando de esta gran familia y, sobre todo, poner en práctica y enseñar todo aquello que había aprendido como alumno del colegio, no solo los contenidos académicos, si no lo que trasciende a ellos, todo lo que me transmitieron los profesores y sobre todo las hermanas durante mi formación en el colegio.
Ser partícipe de la formación de los alumnos de este colegio es una gran responsabilidad a la vez que un orgullo, que nos permite ver poco a poco el avance, el desarrollo y el aprendizaje que van realizando nuestros alumnos, sobre todo en el amor, el compartir, el respeto, la oración y en todos y cada uno de los valores que nos caracterizan a los cristianos y a los Carmelitas.
Al ser profesor y encargado de Jucar, me ha permitido compartir con los alumnos gran parte de su itinerario de formación, tanto académica como personal, dándome un amplio terreno de acción catequética y dándome la oportunidad de ver todo el desarrollo que experimentan cada uno de los alumnos. Me siento muy orgulloso de haber estudiado en este colegio, de pertenecer a esta familia y de poder seguir trabajando por y con ella y espero que, en un futuro, mis hijos puedan pensar y estar tan agradecidos como yo lo estoy.
Ellos son ejemplo de servicio, de entrega y fraternidad, y testimonio de vida desde el laicado Familia Carmelita Madre Asunción porque también nosotros, como laicos, estamos llamados a cuidar de nuestra propia casa.

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