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“He aquí, yo estoy a la Puerta y Llamo,

si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él,

y cenaré con él y él conmigo”

(Apocalipsis 3, 20)

En este tiempo de pandemia, se nos ha presentado la posibilidad de abrir nuestra casa (comunidad) a 5 jóvenes en edades comprendidas entre los 15 a 20 años, de la pastoral juvenil, chicas que han manifestado que quieren saber, y tienen curiosidad de conocer, qué hacen y cómo viven las religiosas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús. Se ha conformado un equipo con un matrimonio comprometido de la Parroquia Santa Bárbara, conjuntamente con las hermanas. Eva, Manuel y las hermanas asumimos cada quince días brindar un espacio de encuentro, reflexión y discernimiento.

Esas chicas tienen una vivencia básica en su parroquia como servidoras del altar, cantan muy afinadas y son ejemplos para otros jóvenes en la catequesis y en la comunidad parroquial.

Llegamos a considerar que es un tiempo propicio para que ellas vengan y convivan un fin de semana al mes y tengan sus espacios, donde juntas se pueda experimentar este llamado de vida. Se ha producido un interesante intercambio de experiencias, acogiendo la alegría, con la que llegan las chicas a nuestra casa, y la curiosidad en palpar lo que hacemos y cómo vivimos en la vida ordinaria.

En el encuentro con ellas hemos renovado nuestra llamada, han tenido espacios para ir paso a paso, encontrando respuestas a sus preguntas, mientras a la vez, vamos realizando nuestras labores.

Forma parte importante de cada encuentro, la ORACION que compartimos con fervor, símbolos y donde participa toda la comunidad, ejercitando el silencio, entonando canciones y reflexiones orantes, que nos conectan con la trascendencia de un Dios que va hablando en cada momento.

Cada hermana realiza sus actividades, misiones, y compromisos, de acuerdo a lo asumido con la comunidad y unido a las cualidades peculiares de cada una, la da un matiz que marca la diferencia en el servicio. Damos siempre un sentido de familia, dialogamos sobre hermanas que han pasado entre nosotras dejando huellas significativas.

Ampliamos este sentido de familia, contando las historias de los primeros Carmelitas que llegaron a Santa Bárbara, como el Padre Bautista, Guzmán, Francisco y otros Carmelitas, hombres de Dios en este pueblo tan querido.

Tratamos de explicarle que el descanso también es necesario en la agenda diaria, es parte del itinerario y sirve para retomar las fuerzas.

Las lecturas son parte de la formación, compartimos con ellas e intercambio de lectura sencilla, pequeños libros, textos digitales, utilizando los medios que hoy disponemos. Ensayando el toque de guitarra, siguiendo sus necesidades, involucrándolas en la misión cercana con algunos enfermos de la comunidad.

Deben estudiar en sus casas las recomendaciones que les damos para compartir en los encuentros personales o diálogos con la hermana asignada para su acompañamiento personal.

Esta nueva experiencia ha exigido de nosotras, una amplitud de mentalidad y renovación con ellas, es para nosotras una nueva oportunidad de crecimiento y riqueza, que nos renueva, al tener en cuenta velar por los detalles de la comunidad, acogiendo con prontitud esta genuina propuesta de darnos a conocer, tal cual somos.

Recibir la nueva savia y fortalecer el llamado personal, nos lleva a la acción de gracias a Dios, porque nos habita y por el compartir gustoso de esta experiencia en casa con las jóvenes. ¿Quién lo iba a decir? Que este tiempo aparentemente pasivo, se iba a convertir en plataforma creativa, en clave vocacional, para la Iglesia y nuestra Congregación.

 

Hna. Benita Romero, HCSCJ

Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús

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