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El día 21 de noviembre, domingo, en nuestra casa general, Madrid, fuimos invitadas por la Superiora General, H. Mª Rosario González, las comunidades más próximas, como: Humanes, Guadalajara, San Martín de la Vega y Casa General a vivir un encuentro intercomunitario, con el objetivo de compartir las reflexiones sobre el tema: ESPIRITU, EL SALTO DE LA FE A DONDE NOS LLEVA EL ESPIRITU, estudiado y compartido en las comunidades; al mismo tiempo fortalecer la fraternidad, después de este largo tiempo que no ha sido posible vivir esta experiencia de encuentro presencial, por la Pandemia.

Dimos comienzo a este día con la participación de la Eucaristía, fiesta de Cristo Rey, invitadas a vivir las actitudes de Jesús como Rey del Universo: justicia, paz, vida, amor, gracia, humildad, sencillez, entrega, fidelidad, donación, servicio… Con el abrazo fraterno de la acogida, en espacio orante invocamos la presencia del Espíritu Santo con el canto “Ven Espíritu Santo”, seguido de las palabras de H. Charo, Superiora General, que nos ubicaron con el objetivo que nos congregaba: compartir y contribuir a la reflexión que, como Congregación estamos preparando para caminar hacia el próximo Capítulo General Ordinario. Es momento de abrirnos a la acción del Espíritu desde de la situación y experiencia personal de cada una, Él nos hace posible continuar el camino junto a las demás, animadas por la fuerza que viene de lo Alto y que cada día nos invita a avanzar, con la confianza puesta en el Espíritu que todo lo hace posible.

A continuación, fuimos invitadas a través de una dinámica del corazón a expresar al lado derecho del mismo, con palabras claves los momentos en los que hemos sentido la acción del Espíritu Santo en nuestra vida y en la vida de la Congregación. Después al lado izquierdo del corazón las actitudes básicas para vivir este año capitular a nivel personal, comunitario y congregacional. Después de un tiempo de reflexión, compartimos todo aquello que cada una desde lo que el Espíritu nos había hecho aflorar desde el corazón, se puso en común, con libertad fueron aflorando expresiones, reflexiones, actitudes, experiencias, etc. muy interesantes y sentimientos que nos ayudó a sentirnos una vez más como familia fraterna y carismática, se destacan algunas: apertura a la novedad del Espíritu, fidelidad, audacia evangélica, participación activa, disponibilidad, escucha, responsabilidad, servicio, experiencia de fe en el paso del Espíritu que nos habita… La dinámica realizada nos ayudó a poner en común la reflexión compartida antes en la comunidad de manera espontánea, creativa y libre. Después compartimos el almuerzo fraterno, con detalles y bien presentado, y cómo no, muy abundante, bueno y exquisito, dando gracias a Dios por tantos gestos de amor para con nosotras. En la tarde continuamos el trabajo de compartir con otra dinámica de las manos: Compromiso, en una de las manos, expresar aquello que deseo dar en este tiempo capitular y en la otra aquello que deseo recibir; después de un tiempo de reflexión personal se puso en común, cada una libremente; fueron unas expresiones muy acertadas, sentidas y comprometidas, con sentido de pertenencia e identidad congregacional, destacándose: la disponibilidad, corresponsabilidad, apertura, abandono a la voluntad de Dios, humildad, gratitud, creatividad, confianza, esperanza…experiencia de Dios… Al evaluar el día casi por unanimidad nos expresamos dando gracias a Dios y al Consejo General por el día vivido tan fraterno, compartido, deseado, con una buena disposición de responder a los retos que en este año capitular se nos presenten. Terminando con un espacio orante contemplando y descubriendo el significado de la ofrenda de aquella mujer viuda, “que en su pobreza dio todo lo que tenía para vivir,” (Lc21,4) lema de nuestro próximo capítulo general.

H. Rosa Calvo

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