Todo el viaje comienza con un solo paso y el nuestro no es diferente. El día 13 de mayo del 2019 es cuando dimos nuestro primer si y entramos en el aspirantado; desde entonces hasta estos días de junio 2020, hemos estado aprendiendo en la casa muchas cosas, tales como el carisma y la espiritualidad de nuestra Congregación, la personalidad de nuestra fundadora Madre Asunción Soler, también: seminarios, retiros, clases inter-congregacionales hicieron parte de nuestro camino. La oración y fidelidad fueron nuestras herramientas en el camino junto con la lectura de la Palabra. Hemos aprendido mucho sobre esta vida nueva para nosotras, primero aprendiendo a vivir entre nuestras compañeras, también el testimonio y vivencia de las Hermanas cada día. El viaje no ha sido un camino de rosas sino lleno de altibajos, pero con el estímulo, con las Escrituras y con la gracia de Dios es que nosotras estamos aquí, y dispuestas para dar el segundo paso en el día del Sagrado Corazón, precedido por unos días de retiro aquí en nuestra casa pues por el encierre por motivo de la coronavirus no nos dio opción para salir, con todo estamos muy agradecidas pues la oportunidad fue hermosa para entrar dentro de nosotras y viendo otros testimonios de llamadas al seguimiento de Jesús el Espíritu nos fue guiando y aproximándonos para ese momento. El día estuvo bien preparado con la animación de las Hermanas y también de nuestras compañeras más pequeñas.
El 19 de junio de 2020 fue una mañana preciosa, nos despertamos como de costumbre para las oraciones de la mañana, pero diferente de otros días, la razón es que se nos dio la oportunidad de leer la palabra de Dios anteriormente, y meditar sobre ella. Fue preparada con mucho entusiasmo, cantamos los Salmos y después de la reflexión de la lectura y de compartirla, se nos pidió que fuéramos y nos cambiásemos la ropa de aspirantes para usar el uniforme de postulante momento significativo. Se continuó con la entrega de los símbolos del postulantado, una cruz pequeña de madera negra para colocar al cuello, la Biblia y un folleto con el contenido del Lectio Divina, sin duda estos símbolos son muy claros del nuevo camino que se nos presenta, una vez recibidos fue como una explosión de acción de gracias con una canción mientras danzamos y felizmente nos regocijamos en el Señor y las hermanas nos daban un abrazo y se alegraban con nosotras, aquí concluyó la Oración de la Mañana de este marcado día del S. Corazón de Jesús, a El confiamos nuestra caminada en la vocación.
La Fiesta continúo todo el día en medio de las preparaciones de nuestras refecciones y también con la preparación para la Eucaristía que tuvo lugar al medio día, siendo el centro de la gran Solemnidad y de nuestra vida. La solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús que es una entraña intima de nuestra Congregación a la cual nos sentimos totalmente unidas, siempre pero especialmente en días tan señalados como éste, en unión de acción de gracias por ella, y por nuestra entrada en la etapa de postulantado. Durante la homilía, el Padre Alfonso nos animó a ser humildes, mostrar amor de unas para las otras como el Corazón de Jesús nos enseña, ser austeras y ser obedientes; que de verdad así sepamos ser.
El día estuvo muy ameno, especialmente el menú fue esmerado con refrescos, corte de tarta, sabiendo mejor con el entretenimiento de nuestras jóvenes con un teatro sobre la vida de Madre Asunción, resaltando momentos importantes de su vida con mucha espontaneidad y mudanza de escenarios rápidos a pesar de las pocas actoras. Es por la gracia de Dios que hemos llegado aquí y con los consejos y ayuda de hermanas especialmente de la hermana Zena, que fue nuestra formadora, ella fue muy comprensiva, muy paciente, alentadora, muy preocupada por cada una, llena de misericordia y compasión, empática y humilde, que Dios la bendiga siempre. Estamos muy agradecidas por todo lo que hizo por nosotras.
Nuestra gratitud va no sólo a las hermanas de nuestra comunidad sino también a la Madre General y Consejo al vernos dignas de ser parte de esta Congregación. Nuevamente, Dios los bendiga a todas por todo lo que hicieron por nosotras, recuerden que Él dijo lo que sea que le hicieron al menor de tus hermanos y hermanas que a mí me lo hicisteis. Confiamos en vuestras oraciones.
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