Un 13 de mayo del año 1924, en Málaga, España, una mujer con el corazón puesto en Dios y los ojos en la tierra, se atrevió dar respuesta lo que el Señor había sembrado en ella: dar a luz a una nueva Congregación con el carisma de vivir el Evangelio, y como Cristo, servir a Dios, en fraternidad, actitud orante, radical fe y confianza en Dios. Y todo lo que se realizara sea para la Gloria de Dios.
Hace ya 100 años de esta actitud de confianza y abandono en Dios.
Con la celebración de este Centenario queremos expresar nuestra gratitud a Dios y rendir un cálido homenaje a la sierva de Dios, Madre Asunción Soler Gimeno. 100 años en que nos ha transmitido y entregado su herencia espiritual a mujeres y hombres que vivimos actualmente el Evangelio desde esa clave carismática. Tenemos la certeza que Madre Asunción nos sigue protegiendo desde el cielo.
Es una celebración de acción de gracias a Dios por su fidelidad para con nosotros, han sido muchas hermanas y hermanos que desde su fragilidad y riqueza espiritual han dado el todo por el todo a este proyecto con sabor a Reino, y Buena Noticia. Ellos han dado continuidad al carisma que el Espíritu Santo depositó en nuestra Fundadora, y su ambición no era otra que dar Gloria a Dios.
El reto sigue vigente. Y no es casual, sino providencial que sea en el contexto de Pascua que celebremos gozosos este Centenario de la fundación de la Congregación. La invitación es “alégrense, no tengan miedo, id decirles a mis hermanos” (Mt. 28, 9-10). La celebración de este acontecimiento eclesial, es una oportunidad para la Familia Carmelita Madre Asunción, de dar a conocer a Cristo con obras y palabras. Anunciar con nuestras vidas que el Carisma sigue siendo un medio para que la Gloria de Dios brille en nuestro mundo.
Hna. María Teresa Delgado Aguado
Superiora General
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